Casualidad

Por Velmiro Ayala Gauna


Caá Catí, otubre de 1934.

Sra. Eduvigis López

Las Garzas


Querida comadre:


¡Ay Jesús! lo que anda disiendo che comadre... Como si a mí me faltaran hombres para figarme en el carapé e su marido y flaco ademá nicó es.

Ña Jesusa vino a decirme que le digeron las Jimene y sabe que la menor se escapó con un sargento, bueno, la mayora de las Jimene, la dentuda por mal nombre, contó que usté nicó le avia dicho a Ña Casimira, la tuerta, que yo, endayé, lo resivía a su marido cuando el mío salía a llevar la asienda y ¡qué desajerada y caluniadora que es la jente! La cosa nicó e que su marido tiene mala suerte y que una ves que lo vino a visitar a su compadre Lencho el Lencho se avía ido la noche antes pa Mercedes y dispués liovió y tuvo que quedarse una semana asta que se secaron los caminos. Lótra ves que vino tampoco lo encontró y como avía mucho sol no era cosa e ejarlo dir pa que se insolase y esperando la luna pa que no se perdiera e noche se quedó cuatro días y a la final, un día porque se le mancó el cabalio y otro porque le viene el cansancio de la fatiga el caso es que siempre ay una causa y la casualidá que nunca trompieza con el Lencho, lo que es megor porque el Lencho yo no sé porque le tiene prometido encajarle una punialada se lo encuentra y ahí tiene como le pagan a un hombre que quiere visitar a su compadre.

Güeno, comadre, no haga caso e las murmuraciones de la gente que haula por haular y usté tamien que no se le queme la cola porque no al ñudo el comesario la visita tan tupido y la besa y abrasa su comadre que la quiere.


Perpetua


P.D.- Y dígale al compadre que maniana va el Lencho a lievar una tropa al Paraguay y va a estar dies días ajuera y que si viene a visitarle que traiga, por lo meno una muda e rropa pa no tener que quedarse nel catre mientras le lavo la otra porque sino jiede demás, nicó.


Vale.