La curandera

Por Velmiro Ayala Gauna


San Lui del Palmar, mallo 15 de 1930

Señora Luisa Corrales

Garruchos


Qerida comagre:


Deceo que al recibo de la presente se encuentre gosando de guena salú como así también nosotro grasias a Dios.

Gueno y aora voi a pasar a desirle que su aijadito el Rómulo se agarró lotro mes un empacho grande creo que de chicharrón porque llo estava reditiendo grasa de pella y el pogre inosente se haberá comido algunos puñaos caliente y todo, porque ya no quiso el pecho ni nada aunque ya va a tener do año pa la fiesta de Santa Rosa llo le sigo dando nomás porque no ay nada como la leche de la magre pa que se crien juertes y sanos.

Al otro día llamé al doutor Roca Mora porque el pogre maneció con fiebre y molesto. El doutor vino y le empesó a revisar por todos laos y a preguntar qué comía y que dejaba de comer y a que ora y si movía el cuerpo como sino supiera que una criatura no puede estar quieta y mueve cuerpo y las piernas y los brazos, pero pregunta de puro curioso que es nomá y después ¡ché comagre! vea que barbaridá dijo, que el Rómulo tenía un "embarazo grástico". Pero inorante demás había sido como si esas cosas jueran para una criatura que no tiene dos años y machito... machito entero che comagre. Dispués dejó una reseta y me iso mile de recomendasione, pero apenita se jué yo llamé a doña Ponciana, la curandera que ni bien dentró dijo: "Tá empachao"... y ahí nomás con un cordón colorado lempesó a medir la pansita y dispue le di un tecito de polvo de buche de avestrú y la punta de cuerno quemao que el cunumí empezó a largar una cosa negra primero, verde dispué y dispué de todos los colores hasta con sangre porque dijo la curandera que el empacho estaba muy agarrao.

Gueno comagre, con besos y abrasos se despide su segura servidora que la quiere siempre.


Soledad


P.D.: No le mandé ante esta carta porque estuve muy ocupada con el entierro de su aijadito que se cortó al medio día, cuando yo le estaba escribiendo la anterior. Según el sartificao del doutor Roca Mora jué de "gato enteriti" y es una lástima porque del empacho ya lo había curao doña Ponciana. Yo no le dije nada al doutor porque total ao finadito ya estaba muerto pero a quien pa le va a haser crer que el pogre mi ijito murió por comerse un gato enterito, endayé.


Vale.